LA REGLA DE LOS 21 DÍAS
Posiblemente has escuchado que hacen falta 21 días para cambiar un hábito, esta teoría
surgió en 1950 y la postuló el cirujano plástico Maxwell Maltz, de la Universidad de
Columbia, quien observó un patrón de comportamiento que reiteraban sus pacientes al
modificarles algún rasgo del rostro: la mayoría tardaban tres semanas en acostumbrarse
a su nuevo aspecto.
«Actuamos y sentimos no de acuerdo a la realidad, sino a la imagen que nos hemos
formado de ella. Los hábitos, sean buenos o malos, se forman de éste mismo modo.»
Sin embargo, según un estudio realizado por expertos del Colegio Universitario de
Londres (UCL), no hay un tiempo mágico para crear un hábito. Se refiere a los 21 días de
Maltz como un mito basado en una evidencia anecdótica dentro de la práctica de la
cirugía plástica, que no se relaciona con los hábitos tal y como los conocemos.
Según la investigación británica, formar un nuevo hábito puede llegar a costar un
promedio de hasta 10 semanas, aunque el tiempo varía en función de la persona, del
contexto y del tipo de hábito.
¿Cómo crear nuevos hábitos?
FASE DE INICIACIÓN: Se selecciona el nuevo comportamiento y el contexto en
el que se realizará, ejemplo correr 15 minutos antes de cenar.
FASE DE APRENDIZAJE: La acción se repite para fortalecer la asociación
contexto-comportamiento.
FASE DE ESTABILIDAD: Es el logro del hábito en la que ya se ha formado y se
ha consolidado, de manera que persiste en el tiempo con poco esfuerzo.
Si quieres conseguir un hábito los expertos aconsejan:
Decidir la meta que te gustaría conseguir.
Elegir la acción para conseguir la meta y que puedas hacerla a diario.
Planificar cuándo y dónde la realizarás (es mejor elegir la hora y el lugar,
siempre los mismos).
Con el tiempo, descubrirás que lo acabas haciendo automáticamente, casi sin
pensar.
